Traicionando a quien más se lo merece

martes, 15 de enero de 2008

Timberland sucks

Llevaba unos años pensando que tantos ricos no podían estar equivocados, y que "las marcas" de postín, aparte de la manipulación social y psicológica que perpetran, también ofrecen más calidad y puede salir rentable a medio plazo: las cosas de marca duran más y llevan el tiempo con más dignidad.
Por ello, un botero incansable como yo decidí pasar de rapiñar botas de segundas marcas y con desiguales e impredecibles resultados, a compar botas marca Timberlanb, de fama y calidad más que probada.
Los primero pares, fabricados en Chequia, parecieron cumplir esa norma. Pero, oh malhadada fortuna, fue flor de dos pares. Los tres últimos pares, con precio medio 120€/par y fabricados en la Rep. Dominicana, apenas han llegado a durar 1 año, y los tres se han roto exactamente por el mismo sitio.
Como de costumbre, atención al cliente de Timberland no hace más que rebotarte de un sitio a otro sin explicarte nada, así que he dejado de ser cliente de Timberland. Muchas mariconadas, pero de calidad cada vez menos.
Dios, cómo echo de menos el eficaz diseño soviético.
PD: Añadiré fotos, que haberlas haylas

1 comentario:

F_L_I_N_T dijo...

Me compré unos zapatos de marca Clark para cumplir el estandar en el cerdo comercial, eso fue hace unos 4 años. Me costaron 100€, aún los tengo como nuevos, eso supone una amortización de unos 25€ al año, como trabajo unos 6 dias a la semana los he utilizado 266 dias al año(descontando vacaciones y añadiendo festivos). Obviamente el tute que llevan es andar por superficie lisa y no están sometidos a cambios bruscos, lo cual hace que su durabilidad aumente. Llevan camara de aire y son comodos. Me sobran, me bastan, me durarán mucho y no me preocupa que pasen de moda, pecado capital en esta sociedad española falsa y rastrera donde las haya.¿Que me podría haber comprado cuatro pares a 25€?, sí, pero no hubiese gozado de la perdurabilidad de algo tan insignificante como unos zapatos, y hubiese añadido un trocito de mierda más a mi ya, desgraciadamente, cargada alforja consumista.