Lo necesito. Necesito con urgencia una transfusión de esperanza, tanto personal como profesional; una inyección de moral que me permita aguantar unos pocos años en esta travesiá del desierto, que va para 40 años.
Necesito un revolcón que me devuelva la ilusión, no ganar de penalti en el último minuto, sino gozar un poco de tranquilidad. Alejarte en el marcador y tener un respiro, saber durante unos instantes que todo va a salir bien y saborearlo, aunque sea un segundo. Porque en cuanto una batalla acaba comienza otra, sin solución de continuidad, y sólo me queda eso: meter una de tres puntos, que me piten tiro libre adicional y faltando dos segundos en el marcador tener la certeza de que ese partido lo vamos a ganar.
Y aun así, necesito un revolcón que me devuelva la ilusión, van dos veces que lo digo, un alien divino. Hoy los errores pesan, y yo me equivoqué, me equivoqué, me equivoqué.
Traicionando a quien más se lo merece
lunes, 29 de octubre de 2007
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