Traicionando a quien más se lo merece

lunes, 3 de marzo de 2008

El putiferio nacional

Este país es un lupanar de dimensiones bíblicas. No hay que ser un genio para darse cuenta: simplemente leyendo un poco se puede confirmar, aunque vivir aquí es mano de santo para tener la más absoluta certeza.
No suelo comprar el periódico (aunque este fin de semana, algo que no había hecho en mi puta vida, lo he comprado sábado y domingo. El mundo, para dar más datos, junto con el disco de Queen). A cambio, lo cojo casi todos los días que lo dan en la universidad, ya sea el ABC o El País. Me llama poderosamente la atención la contraportada de este último en estos tiempos. De cena con, de comida con, de desayuno con, una entrevista ante los platos que correspondan a esa hora del día. Es una entrevista a un personaje de esta sociedad, que la mayoría de las veces es un patético exponente de la decrepitud y decadencia de este país, personajes sin más mérito que lamer culos, aplaudir a políticos que pasean desnudos por la calle y poner el cazo jaleando consignas de uno u otro lado. Lo habitual en este país, desde tiempos no escritos. Hay un mini-resumen de lo que cuesta lo que comen esos personajes. El denominador común es que es algo vergonzosamente caro para la comida que se trajinan. Vergonzosamente caro porque es vergonzoso pagar esas cantidades por la comida. Total, es una entrevista Pero en este país, tan vergonzoso como ellos, los personajillos, ya sean politicos, intelectuales, artistas, empresarios o advenedizos de infantería, se rigen por el mismo vergonzoso código de conducta: en España el personaje qe quiere demostrar poder sólo sabe hacerlo siendo un chulo de putas que vive a cuerpo de rey, dispara con pólvora del mismo y se burla de los pobres en su vergonzosa ostentación. Hay un resumen de lo que cuesta cada ingesta, y confirma lo que pienso.
Tan sólo uno se salvó de esa quema. Tan sólo uno decidió no causar un dispendio oneroso a las arcas de quien coño pague esa comida: un cura.
Es un cura antisistema, lo que suele decir mucho y bueno de una persona. Todos aquellos antisistema nos hacen ir un poco hacia adelante, sobre todo al sistema. Cuestionar todo, el primer principio de la ciencia.
Los curas son la piel del tambor. La infantería sacrificada y abnegada que da ejemplo con sus actos. Los que ostentan y presumen de sacrificio públicamente. Quizá al final no sean tan distintos de esos personajillos en el fondo, ya que a casi todos nos mueve lo mismo. Pero en las formas llevan muchos años de escuela y de vida y de experiencia acumulada. Ellos dan ejemplo con su sacrificio, quizá para demostrar su superioridad. Lo mismo que los otros con su gula y su soberbia, pero al menos esto con clase y sacrificio.
Los admiro; no comparto casi nada de lo que piensan o dicen o predican, pero me gusta su entereza, su integridad y su sacrificio. Durante años han tenido al mundo en su puño, ahora sólo se están relajando.
Yo, por mi parte, nunca saldré de pobre ni del anonimato. Si me hicieran esa entrevista, iría a comer a un bar de currantes a La Oficina, a precio de menú de infantería, y posiblemente pagaría yo.
Nunca seré un personaje.

1 comentario:

F_L_I_N_T dijo...

Quiero pensar que cuando dice "los curas son la piel del tambor", quiere decir "los curas antisistema son la piel del tambor".
Lo cual no contradice el hecho de que muchos de sus "hermanos" sigan cometiendo tropelías y otros sufran y mueran por defender justicia social. Me viene a la mente la teología de la liberación, el asesinato de los jesuitas en El Salvador(creo), el de monseñor Romero y tantos otros que creyeron su deber ponerse del lado de los débiles y los desheredados(le recuerdo también que en la Guerra Civil Española no fueron siempre los "rojos" los que pasaron por las armas a los "pastores de almas"), esos son los "antisistema", ahora bién, el "establishment", la institución en sí es perversa puesto que reproduce esquemas de conformismo, que en la mayoría de los casos perpetuan injusticias,deus vult. Por eso, si me lo permite, esa puntualización es crucial.