Traicionando a quien más se lo merece

lunes, 10 de diciembre de 2007

Políticos y educación

Vuelvo al blog, tras la vorágine de los puentes y las vacaciones que decepcionan por, simplemente, esperar algo de ellas, de todos, de todo el mundo. Bastante que ver con mi penuria personal e intransferible, mi soledad maldita y sempiterna.

Durante estos días se hizo pública una encuesta de la OCDE en la que se nos clasificaba como uno de los países desarrollados con el nivel cultural más bajo en nuestro niños. Los últimos del furgón de cola. Algo que todos los que de alguna manera estamos relacionados con la educación ya sabíamos. Los planes de estudio, las LOGSE, LOSE, LOU y la madre que las parió no han hecho más que empeorar la calidad y los contenidos de nuestras enseñanazas, incluidas las universitarias. En un país donde los políticos ramplones y corruptos que tenemos son capaces de vender a su madre y ofrecerta a su legítima por un voto, esto es algo normal..

Y no quieren ver que, aparte de las bormas que cuando mi generación seamos unos abueletes a los que cuidarán médicos que no saben leer, gestionarán economistas que no saben sumar y defenderán policías educados con los Teletubbies, aparte de esa broma que verdes nos la van a segar, la educación de los niños es el capital más importante de un país, a largo plazo. Si queremos salir del agujero eterno en el que está metido este triste país desde lo oscuro de los tiempos (que aquí siempre son oscuros), tenemos que empezar por la cultura. Si conseguimos tres generaciones seguidas con cultura y algo de educación, este país irá adelante, entendiendo por país cada uno lo que más le guste. Cultura en el colegio y educación en casa. Tres generaciones, 90 años tan lejanos e imposibles.

Pero no. Los políticos apenas se han rasgado las vestiduras con estos datos. A fin de cuentas, con los políticos que tenemos, inútiles, incapaces y cenutrios, les viene mejor a sus hechuras un populacho inculto que atienda a partidos de la Champion, al Gran Hermano y a la discusión político-demagógica a la que nos acostumbran. La educación, para qué, que cada autonomía haga lo que le pase por sus estatutos, mientras yo pueda trincar y vivir a cuerpo de rey. A fin de cuentas, en 100 años todos calvos y que me quiten lo bailado.

Este país no saldrá nunca de la mediocridad oscilante a miseria mientras no haya un pacto de estado global y tratemos de conseguir 3 generaciones de ciudadanos cultos, educados y responsables. No lo verán mis ojos...

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