
Además de esto, le inundarán a publicidad, llamadas telefónicas y le harán sentirse que es usted el que está al servicio de este comercio.
¿Usted cree que un comercio así funcionaría? ¿El Corte Inglés, por ejemplo?
Pues piense en su banco. Un negocio privado, que coge el dinero suyo, me lo presta a mí y nos cobra a los dos. Que los vergonzosos beneficios se los lleva una persona, y no revierten en la sociedad. Que sólo cobran recibos cuando ellos quieren, sólo pagan la lotería cuando mejor les viene, sólo abren durante mi horario laboral, y cuando necesito dinero debo demostrar que no lo necesito para que me lo den...
Cabrones usureros. Como decía Mafalda, el mundo está muy enfermo.
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